La entrevista transcurre en un ambiente cálido, lleno de risas y una complicidad que solo se logra después de muchas experiencias compartidas. Galilea Montijo, siempre carismática, rompe el hielo con una sonrisa que no deja de brillar durante todo el encuentro. Sebastián Rulli, por su parte, tiene esa mezcla de elegancia y humildad que lo ha caracterizado a lo largo de su carrera, una combinación que lo ha convertido en uno de los actores más queridos de México y, ahora, en una figura que despierta interés internacional. La conversación inicia con un tema curioso, uno que revela el lado más íntimo y personal de Sebastián: su relación con la cultura mexicana y, por sorpresa, su incursión en el francés.

Galilea, con su chispa única, le comenta: “Ya tienes corazón mitad mexicano”. Sebastián no tarda en contestar, con una afirmación que no deja lugar a dudas: “Yo siempre dije que soy de México”. Una declaración que sella no solo su amor por el país que lo adoptó, sino también la conexión profunda que siente por la cultura, la gente y, sobre todo, las oportunidades que ha encontrado en México para desarrollar su carrera. Sin embargo, el tono ligero de la conversación toma un giro inesperado cuando empiezan a hablar en francés, un idioma que Sebastián admite estar aprendiendo. Entre risas y bromas, el actor suelta algunas frases en un francés imperfecto, lo que provoca una serie de comentarios entre Galilea y Andrea, quienes se burlan amablemente de su “maestro” de francés. La broma continúa mientras Sebastián admite que aprender el idioma no ha sido tarea fácil para él, pero no se da por vencido. El actor, aunque visiblemente incómodo por las burlas amistosas, se muestra encantado de compartir estos momentos genuinos, humanizándolo aún más frente a su público.

La conversación, como un río que fluye de un tema a otro, transita hacia su más reciente proyecto televisivo. Andrea Legarreta, curiosa y siempre atenta a las novedades, le pregunta cómo va la telenovela en la que está trabajando. “Tengo un personaje que se llama Marcelo”, comienza a relatar Sebastián, quien rápidamente detalla la trama de la novela, llena de giros y enredos sentimentales. Marcelo, su personaje, pierde la memoria y, de alguna manera, termina convirtiéndose en Santiago. Este tipo de personajes complejos, que deben lidiar con identidades fragmentadas, son el tipo de desafío que a Sebastián le gusta enfrentar como actor. Pero la historia no se detiene ahí. Marcelo está casado con una de las tres Anas, Ana Leticia, pero se enamora de Ana Lucía, lo que añade una capa de conflicto emocional que promete mantener a los televidentes al borde de sus asientos. Las telenovelas mexicanas, conocidas por sus tramas dramáticas y personajes multifacéticos, tienen en este nuevo proyecto de Sebastián un ejemplo perfecto de los giros inesperados que el público tanto ama.

Sin embargo, Galilea, siempre dispuesta a llevar la conversación a terrenos más ligeros, lanza la pregunta que todos los presentes esperaban, pero nadie se atrevía a hacer: “De las cuatro, porque son tres hermanas, pero de las cuatro, ¿cuál te gusta más?”. La pregunta, envuelta en esa picardía típica de la conductora, provoca risas en el estudio. Sebastián, siempre el caballero, esquiva la pregunta de manera astuta, contestando con humor: “La que queda en casa”. La respuesta, acompañada de una sonrisa, deja claro que no tiene favoritos, al menos públicamente. Galilea no pierde la oportunidad de añadir, entre carcajadas, “¡Qué suerte tienes!”, haciendo referencia al envidiable papel que le ha tocado interpretar.

Mientras el ambiente en el estudio se llena de risas y bromas, Andrea Legarreta se suma a la conversación, queriendo indagar un poco más en la dinámica de trabajo en el set. “¿Con cuál te diviertes más?”, pregunta, refiriéndose a las actrices con las que Sebastián comparte escena. Sin titubear, Sebastián responde que es la villana la que más lo divierte, añadiendo con picardía que “mueve paredes”. El comentario, acompañado de una carcajada general, refleja el buen humor con el que Sebastián aborda su trabajo, disfrutando tanto de los momentos serios como de los más ligeros en las grabaciones.

A medida que la entrevista avanza, el tono cambia ligeramente, volviéndose un poco más reflexivo. Galilea, con su innegable carisma, comenta lo feliz que es ver a Sebastián tan contento y rodeado de buenas energías. “Nos encanta verlos tan felices”, dice, refiriéndose no solo a Sebastián, sino también a los demás actores que forman parte del proyecto. Para ella, es evidente que el éxito profesional no se limita solo al talento, sino también a la capacidad de rodearse de personas que comparten una visión positiva y amorosa de la vida. “Son seres extraordinarios”, añade, dejando en claro el profundo respeto que siente por su colega.

Sebastián, siempre humilde, agradece las palabras de Galilea, y añade que efectivamente, está muy feliz. Aunque no entra en detalles sobre su vida personal, sus palabras dejan entrever que atraviesa por un momento de paz y satisfacción, tanto en lo profesional como en lo personal. “Estamos muy felices”, es todo lo que dice, pero en su mirada se puede leer mucho más.

La conversación, aunque ligera y llena de humor, refleja la cercanía y camaradería que existe entre Sebastián y el equipo de conductoras. Galilea, Andrea y Sebastián comparten no solo un espacio televisivo, sino también una historia de colaboración y amistad que se ha construido a lo largo de los años. Las bromas y comentarios, aunque sencillos, demuestran una complicidad que solo se logra cuando se ha compartido mucho tiempo juntos en el mundo del espectáculo.

El tiempo pasa volando, y antes de que el público lo note, la entrevista está llegando a su fin. Galilea, con su habitual energía, comenta lo feliz que está de tener a Sebastián con ellos, no solo en el estudio, sino también como parte del universo de la televisión mexicana. “Qué bueno que vas a estar con nosotros”, dice, refiriéndose a los proyectos futuros que seguramente lo mantendrán en la pantalla chica durante mucho tiempo más. El cariño y la admiración que Galilea siente por Sebastián son palpables, y sus palabras resuenan como un reconocimiento al esfuerzo y dedicación que el actor ha puesto en cada uno de sus trabajos.

Finalmente, como en toda buena entrevista, no puede faltar un toque de modernidad. Galilea, siempre al tanto de las tendencias, sugiere que los seguidores utilicen un hashtag para interactuar con la entrevista y con el propio Sebastián en las redes sociales. Con una sonrisa, invita a los fans a sumarse a la conversación digital, creando así un puente entre el estudio y la audiencia que sigue de cerca la carrera de Sebastián Rulli.

La entrevista, aunque breve, logra captar la esencia de Sebastián: un hombre comprometido con su trabajo, humilde en su éxito y con un sentido del humor que lo hace aún más cercano a su público. Cada risa, cada comentario, y cada broma compartida en ese espacio reflejan no solo la profesionalidad de Sebastián, sino también la calidez humana que lo ha convertido en una de las estrellas más queridas de México.

Mientras las luces del estudio comienzan a apagarse, queda claro que este encuentro no solo ha sido una entrevista más. Ha sido una ventana a la vida de un actor que, a pesar de su éxito, sigue siendo genuino y auténtico, características que, sin duda, lo mantendrán en el corazón de su audiencia por mucho tiempo más.