¿Han pasado 84 años desde que empezaste tu relación, pero, simplemente no ves que tu novio tenga la intención de dar el siguiente paso? Lo siento, podrías ser la “mujer del proceso”.

Vamos por partes para que no duela tanto…

Hemos sido testigos de casos en los que una pareja dura un buen de años y todo pinta para boda; sin embargo, un día su relación termina.

Pasa un tiempo (no mucho, de hecho) y él comienza a salir con alguien. De pronto se le ve muy feliz y a los meses ya está comprometido.

¿Cómo es posible esto?

Según los expertos, se debe a que la mujer con la que duraron años y nunca se concretó un compromiso sólo era “la del proceso”. Es decir, no estaba seguro de querer estar en esa relación, pero por una u otra razón ahí seguía.

Un buen día, él conoce a alguien que llena todo eso que estaba buscando y pasa. Sin miedo, da el siguiente paso, pues estaría convencidos de haber encontrado a la persona con la que quiere estar el resto de su vida.

Lamentablemente, el ser “la mujer del proceso”, como se le ha denominado en redes sociales, también puede ser un fuerte golpe al autoestima de la persona, ya que comienza un tormento para saber la razón por la que no fue la “elegida”, a pesar de haber estado ahí para él, en las buenas y en las malas.

Bien dicen por ahí que “no es el tiempo, es la persona”, y hasta que lo vives en carne propia lo entiendes. Eso sí, tampoco es que la otra persona haya sido insuficiente, simplemente no era ahí.

Señales de que eres “la mujer del proceso”

No sanó de su última relación: Si tu pareja se la pasa hablando mal de sus ex o se relacionó contigo casi inmediatamente después de su última ruptura, es posible que sólo te vea como una alternativa para llenar huecos.
Al inicio amor y luego cambió: Si al principio había amor y luego su actitud cambió, esto podría indicar que eres considerada como una opción temporal. Es importante evaluar si la relación ha evolucionado de manera negativa.
No busca mejorar la relación: “La mujer del proceso” a menudo espera que su pareja cambie o crezca para comprometerse. Si no hay un esfuerzo mutuo por mejorar la relación, podrías estar en esa posición.
Busca fluir y no comprometer: Si tu pareja no está dispuesta a comprometerse en aspectos importantes de la relación, como planes a largo plazo o metas compartidas, podrías estar siendo vista como “la mujer del proceso”.
Promesas que no se cumplen: Si hay promesas de compromiso futuro que nunca se materializan, es una señal de alerta. “La mujer del proceso” a menudo espera que esas promesas se cumplan, pero termina sintiéndose decepcionada

Estas son algunas señales evidentes de que eres “la mujer del proceso”, así que si llevas varios años con tu novio y siempre que hablas de matrimonio sale con excusas como: “es sólo un papel”, “esas cosas son una fantasía”, “no creo en el matrimonio”, y otras, podrías ser esta persona.