Raúl de Molina, el reconocido conductor de «El gordo y la flaca», generó titulares a mediados de marzo tras expresar su enfado en vivo por ser cortado sin previo aviso durante el programa.
En un reciente episodio del pódcast de Rodner Figueroa, de Molina se sinceró sobre el incidente, explicó que se siente frustrado cuando lo interrumpen mientras habla de temas importantes y comparó su trato con el que recibirían figuras como Jorge Ramos o Don Francisco.
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Además, De Molina destacó que el formato del programa se ha desviado de su esencia original, centrado en la conversación entre él y su compañera Lili Estefan.
Se quejó de la inclusión excesiva de noticias y la falta de enfoque en lo que realmente atrae a la audiencia.
A pesar de los problemas, reconoció que fuera del programa, la gente lo aborda por anécdotas del show, no por conflictos internos.
El presentador reflexionó sobre la longevidad del programa y su resistencia a los cambios de presentadores que afectan a otros programas de Univision y Telemundo.
Destacó la envidia como un obstáculo en su carrera, pero afirmó no ser envidioso y mantenerse fiel a sí mismo en pantalla.
Afirmó que si «El gordo y la flaca» llegara a ser cancelado, buscaría nuevas oportunidades profesionales.
Raúl de Molina muestra su pérdida de peso.
De Molina reconoció la dureza del negocio televisivo y la presión constante de aquellos que desean su posición.
Sin embargo, afirmó que no le preocupa, ya que se enfoca en hacer su trabajo lo mejor posible y mantenerse auténtico en todo momento.
